Qué buena peli esa de Slumdog millionaire. Es un filme riquísimo, no sólo por su calidad cinematográfica, sino por retratar la realidad que comparten diversos países en desarrollo, sin dejar de lado el indiscutible toque local que sólo dan las identidades y los imaginarios colectivos propios de cada nación.
Slumdog millionaire trata a profundidad la problemática social del mundo globalizado: pobreza, trata de personas, prostitución infantil, conflictos interreligiosos, mafias locales que operan a nivel regional, corrupción, niños en situación de calle, medios de comunicación tramposos y profundos resentimientos sociales generados por la desigualdad.
También refleja los cambios que ha experimentado la ciudad india de Mumbai, antes Bombay (y no dije hindú porque ese término alude al hinduismo, en tanto que indio es el gentilicio de la India), incluyendo los contrastes que generan los rascacielos contra los barrios que se extienden por los suburbios, y el hecho de crecer económicamente dos dígitos anuales aunque al menos 13 de sus 19 millones de habitantes ni siquiera tengan acceso al agua potable, a un baño (sin ponerle siquiera el adjetivo de digno) o al drenaje.
Quisiera ser millonario, como se le tituló en México, lleva como melodía en sus dos horas de duración el que casi se ha convertido en un anhelo universal para la humanidad: cómo ser adinerado. Algunos juegan a la lotería, otros posan su cabeza en la almohada para soñarlo y los menos apuestan el todo por el todo en programas televisivos que se convierten en una especie de ‘culto a Cenicienta’, donde ‘todo es posible’, en los cuales los televidentes se ven reflejados en el propio participante, aplaudiendo cada respuesta correcta como si hubieran sido ellos mismos.
Hay que destacar que la película tiene más mérito por venir de Danny Boyle, un director británico (no un cineasta estadounidense), porque fue filmada en la India (no en Estados Unidos) y porque todos los actores fueron locales (nada de Pitt, Cruise o cualquier estrella que acostumbramos ver en las revistas de espectáculos). Todo tiende a ser original, novedoso, yendo de las escenas dramáticas a la risa del público espectador.
Y no hay que olvidar que también se aborda el lado místico-racional del ser humano: ¿la vida se construye a diario o el día a día nos lleva a ese algo que ya estaba escrito?...
En serio que da gusto ver filmes como ese: denle una oportunidad y verán que se quedarán con el mejor sabor de boca, una peli que los tendrá enteramente al pendiente de lo que sigue.
Y el final… ese lo tienen que ver ustedes, lo mismo que la trama desenvuelta en cada uno de sus detalles. Slumdog millionaire, simplemente buenísima!!
Slumdog millionaire trata a profundidad la problemática social del mundo globalizado: pobreza, trata de personas, prostitución infantil, conflictos interreligiosos, mafias locales que operan a nivel regional, corrupción, niños en situación de calle, medios de comunicación tramposos y profundos resentimientos sociales generados por la desigualdad.
También refleja los cambios que ha experimentado la ciudad india de Mumbai, antes Bombay (y no dije hindú porque ese término alude al hinduismo, en tanto que indio es el gentilicio de la India), incluyendo los contrastes que generan los rascacielos contra los barrios que se extienden por los suburbios, y el hecho de crecer económicamente dos dígitos anuales aunque al menos 13 de sus 19 millones de habitantes ni siquiera tengan acceso al agua potable, a un baño (sin ponerle siquiera el adjetivo de digno) o al drenaje.
Quisiera ser millonario, como se le tituló en México, lleva como melodía en sus dos horas de duración el que casi se ha convertido en un anhelo universal para la humanidad: cómo ser adinerado. Algunos juegan a la lotería, otros posan su cabeza en la almohada para soñarlo y los menos apuestan el todo por el todo en programas televisivos que se convierten en una especie de ‘culto a Cenicienta’, donde ‘todo es posible’, en los cuales los televidentes se ven reflejados en el propio participante, aplaudiendo cada respuesta correcta como si hubieran sido ellos mismos.
Hay que destacar que la película tiene más mérito por venir de Danny Boyle, un director británico (no un cineasta estadounidense), porque fue filmada en la India (no en Estados Unidos) y porque todos los actores fueron locales (nada de Pitt, Cruise o cualquier estrella que acostumbramos ver en las revistas de espectáculos). Todo tiende a ser original, novedoso, yendo de las escenas dramáticas a la risa del público espectador.
Y no hay que olvidar que también se aborda el lado místico-racional del ser humano: ¿la vida se construye a diario o el día a día nos lleva a ese algo que ya estaba escrito?...
En serio que da gusto ver filmes como ese: denle una oportunidad y verán que se quedarán con el mejor sabor de boca, una peli que los tendrá enteramente al pendiente de lo que sigue.
Y el final… ese lo tienen que ver ustedes, lo mismo que la trama desenvuelta en cada uno de sus detalles. Slumdog millionaire, simplemente buenísima!!
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