viernes, 31 de agosto de 2007

P.D. de Abuelitos y de blogs

Chicos y chicas:

Hoy es el Día Internacional del Blog. Lo supe con anticipación y pensé que sería un buen tema para comentar. Sin embargo, también había pasado el Día de los Abuelitos, y puestos en balanza ganó este último.

Pero justo hoy que publiqué el blogui dedicado a los adultos mayores, me encontré al mediodía, cuando trataban el tema del Día del Blog en un diario electrónico, con que existe un blog escrito por una señora de ¡95 años! Ella se llama María Amelia y es española.

Eché un vistazo y en serio que vale la pena que lo visiten: http://amis95.blogspot.com/

Coincide con lo que escribí de los adultos mayores, ya lo verán, porque es admirable que esté tan al día, tan actualizada, con unas ganas de vivir tan grandes. Se ve que disfruta y es puro corazón, y los suyos son parte de ese todo. Me recordó tanto a Lita... ella era simplemente genial, un gran ser humano, alguien excepcional!!!!

Les mando un abrazo, gracias siempre por su atención al leerme!!!!

La vida con los Abuelitos

Por 30 años he vivido con mis abuelitos, y digo ‘he vivido’ porque ellos nunca se han ido, sino que siempre están al lado de sus seres queridos. Cada día, mis abuelines me han enseñado algo: en sus conversaciones, en sus gustos, sus gestos, sus manías, sus ratos necios, sus obsesiones o los ratos chuscos, pero siempre aportando.

Compartir la vida con ellos ha sido una de las bendiciones más grandes. Con su existencia he aprendido que la edad está sólo en la mente, que hay que escuchar las corazonadas, que debemos ser de una pieza y que hay que dar a los demás.

También me he dado cuenta de cómo son, qué les gusta, qué les preocupa, qué les da miedo, y es por ello que a continuación comparto con ustedes algunas de mis observaciones para poner en práctica en la convivencia con sus adultos mayores:

Trátenlos como iguales. Es un error pensar que ‘los abuelitos vuelven a ser niños’. Físicamente pueden presentar desgaste o cansancio, pero ellos siguen tan lúcidos como siempre (a menos que tengan determinados padecimientos).

Recuerden que atención es diferente a dependencia. Con los adultos mayores tiende a haber un trato preferencial. Sin embargo, este último no debe convertirlos en personas dependientes. Hay que respetar sus libertades de decisión y movimiento siempre y cuando su condición lo permita y puedan valerse por sí mismos.

Nunca subestimen sus capacidades. Ellos estarán actualizados si conocen las novedades tecnológicas, legales, sociales o políticas que vayan surgiendo en el mundo. Sabrán de internet, la clonación, el USB, los SPAs y otros términos siempre y cuando se les expliquen. De esa manera estarán más integrados a su entorno. Eso sí, hay que tener paciencia como en cualquier enseñanza.

Intégrenlos en todo momento. Las personas dejan de compartir los detalles cotidianos, cuando para sus abuelitos es importante saber el nombre de sus amigos, qué asunto llevan en el trabajo, qué películas quieren ver y cuáles son las canciones que les gustan. Procuren que ellos estén presentes en su día a día.

Nunca se olviden de las atenciones. Para todo hay tiempo en la vida, y al menos 5 minutos diarios pueden pintar una sonrisa en su gente. ¿Cuánto le toma a alguien ir por un café, revisar su correo electrónico o platicar de un programa de televisión? Seguro más de lo que les llevaría llamarles por teléfono para ver cómo están.

Interésense por ellos. Así como a ellos les interesa conocer a los demás, también esperan que los demás se interesen por ellos. ¿Saben cuál es su color preferido, dónde estudiaron, a qué jugaban cuando eran niños, qué piensan de los temas polémicos? Darse un clavado por su vida resulta toda una aventura.

Díganles cuánto los quieren. Este no es un lugar común, sino una realidad. A muchas personas les cuesta mucho trabajo expresar sus sentimientos, pero nunca es tarde para iniciar ese buen hábito. Abrácenlos, consiéntanlos y déjense llevar por el amor y el cariño que ellos les inspiran.

Por todo lo anterior, aunque sea con unos días de atraso, tomen el Día de los Abuelitos (28 de agosto) como la ocasión perfecta para ir de paseo: llévenlos a un lugar nuevo, vayan a comer a su restaurante favorito, organicen una reunión o simplemente acuéstense todos juntos a ver una película en casa. Verán lo bien que lo pasan y la vigencia que extienden a un corazón.

En caso de que ya no estén sus abuelitos, recuerden siempre sonreír al señor mayor con el que coincidan en el súper y cedan su lugar en la fila a la señora mayor que apenas puede caminar. Y si alguno de ellos hace plática, escúchenlos y aprovechen que están ahí, ya que son un verdadero tesoro.

miércoles, 22 de agosto de 2007

Aviso especial

Por causa de festejo mayor, publico este blog en lugar del tradicional de viernes, con el único fin de agradecer a todos y cada uno de ustedes lo que hemos compartido –unos desde hace más tiempo, otros más recientemente– en estos treinta años.

Abracen cada día desde la primera luz y den gracias a Dios por la bendición de estar aquí, enfrenten la adversidad con la mejor de las sonrisas y asómbrense ante cada sorpresa que tiene la vida. Sabemos que ésta no es fácil, pero la felicidad no está en la ausencia de problemas, sino en la forma como se les encara.

Cuiden a su gente, cultiven su propio huerto: recuerden que en cada ciclo se cosecha lo que se siembra, y mientras mayor sea su entrega mejores serán los frutos.

Gracias a los que han estado conmigo en los momentos más rudos, a los que han acompañado mis peripecias laborales, a los que me han hecho reír, a los que se acuerdan de mi con las mariposas, y por supuesto, a los que leen este blog para mantener uno de nuestros lazos fraternos.

Y en especial gracias a Nanis, Lita, Abuelín y Ñupi por ser mi TODO: gracias por hacerme la persona más feliz del mundo, por los cielos tan azules, por la magia de cada estación. Gracias por todo el chocolate y los pasteles, los sueños y los detalles que tanto disfrutamos estando juntos. Gracias por compartir, por apoyar y por formar parte de todo lo que soy y lo que quiero ser. Gracias por hacerme vivir tan intensamente y por enseñarme lo que es la dicha de existir.

Que Dios colme a todos de las mejores cosas y que disfruten siempre lo que tienen!!!!

viernes, 17 de agosto de 2007

Las chambas del subdesarrollo

Hace tiempo había un programa sabatino donde la periodista María Antonieta Collins transmitía reportajes de los oficios en extinción o de aquellos trabajos que salían de lo habitual. Entre los primeros se encontraban los cilindreros, el tragafuego, el merenguero y los que acompañan a los pajaritos que sacan el papelito de la suerte. Los segundos incluían a los que limpiaban los vidrios exteriores que cubren algunos edificios, los que utilizan una botarga del personaje de moda para hacer promociones en el supermercado, y los que rentan cojines en los estadios para evitar sentarse en las bancas de cemento.

Pero ahora se puede hablar de una categoría adicional: la de las chambas del subdesarrollo. Esas son las que no tienen razón de ser porque las personas se pueden hacer cargo del servicio que se pretende dar, pero que existen porque esa gente no se puede emplear en otra cosa.

Entre los ejemplos de las chambas del subdesarrollo están el ‘administrador de taxis’, los ‘cuidabaños’ y las ‘moscas’ que acompañan a los conductores de transporte público para cobrar las tarifas, por citar algunos.

El caso de los ‘administradores de taxis’ servirá para explicar a detalle el porqué ese tipo de trabajo se puede considerar subdesarrollado e innecesario.

Los administradores de taxis no son aquellos que tienen una flotilla de vehículos que le permiten vivir de sus rentas, sino personajes que se ubican cerca de lugares concurridos, como conjuntos habitacionales, estaciones de transporte público, salas de concierto y escuelas, cuya función es la de ‘colocar al pasaje para que llegue a su destino’.

El procedimiento es como sigue: el administrador detiene al taxi que pasa en ese momento por la avenida, abre la puerta, el usuario sube al vehículo, el administrador cierra la puerta cortésmente y espera que el conductor del taxi le dé una gratificación por ‘haberle hecho el favor de conseguirle clientela’.

Si hacemos cuentas, veremos que el administrador trabaja 6 días a la semana, unas 7 horas diarias y en promedio cada taxista le da 2 pesos. Si detiene y le gratifican unos 8 taxis cada hora, eso da un ingreso diario de 112 pesos, a la semana son unos 672 pesos y al mes 2,688 pesos.

No está mal si se instala en ‘buena zona’ y si se considera que el salario mínimo es de 50.57 pesos diarios en el Distrito Federal. Pero no es tan bueno si pensamos en que hay que pagar renta, alimentos, medicinas, contribuir con los gastos colectivos (mantenimiento de casa o edificio, por ejemplo), en ocasiones transporte y educación de hijos o nietos. Además, no todos ni todos los días toman taxi, así que no es un ingreso seguro, no cuentan con seguridad social de ninguna índole y al paso de los años no contarán con una jubilación para el día de su retiro laboral.

Y si pasamos a los cuidabaños o las moscas la situación es bastante similar, pero con los administradores tenemos suficiente para ilustrar lo que es la crisis de un sistema económico que no sólo es incapaz de absorber a comerciantes ambulantes que viven de la piratería y la ilegalidad sin contribuir a la riqueza nacional, sino que está orillando a las personas a inventar un trabajo para convencerse de que no está engrosando las de por sí nutridas filas del desempleo.

viernes, 10 de agosto de 2007

'Citius altius fortius' en crisis

Más rápido, más alto, más fuerte. En la Grecia de la antigüedad, este lema significaba la gloria, el honor y el orgullo enaltecidos. Los atletas cultivaban sus cuerpos y mentes para demostrar que eran los mejores en cada disciplina al momento de las competencias.

Actualmente, tal parece que la máxima griega pasó de moda y más que cultivar el cuerpo y la mente lo único que engrandecen los deportistas son sus bolsillos. Hace unos días se celebraron los XV Juegos Panamericanos en la ciudad brasileña de Río de Janeiro. México quedó en 5° lugar del medallero con 18 preseas de oro, 24 de plata y 31 de bronce.

El resultado es muy bueno si tomamos en cuenta que sólo estuvimos por debajo de EU (número uno a nivel global), Cuba (líder del continente americano), Brasil (el anfitrión) y Canadá (primerísimo mundo), y que en nuestro país no hay una política integral enfocada al deporte.

Sin embargo, es lamentable que la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE) fomente la pérdida de valores del olimpismo clásico y haya ofrecido ‘estímulos económicos históricos’, tal como se denominaron, a los atletas que obtuvieran una medalla en el evento: 100 mil pesos por el oro, 50 mil por plata y 25 mil por un bronce.

Con incentivos perversos como esos se deja a un lado el citius altius fortius a cambio del mero interés por la derrama económica. No es que se reste mérito a los ganadores de medallas, pero de ninguna manera debe sustituirse una estrategia deportiva integral por esos otros ‘premios’. Dicha estrategia debe incluir una revisión a las becas que se otorgan a los atletas de alto rendimiento y crear otro tipo de apoyos económicos con periodicidad fija.

Con lo anterior, los deportistas contarían con una especie de salario al tiempo que se podría renovar el compromiso de participar y ganar una contienda por el simple placer de hacerlo, por la realización personal que ello implica.

Sabemos que todo mundo come y necesita contar con un ingreso. Lo que no es válido es el incentivo perverso que ahora hay detrás de la práctica de cualquier deporte. Ahí están empresas como Nike pagando verdaderas fortunas a futbolistas u otros deportistas mientras los amateur esperan sólo una oportunidad. Pero esto será motivo de otro blog.

Paralelamente, del 12 al 19 de agosto hay que estar atentos pues vienen los Juegos ParaPanamericanos, donde las personas discapacitadas buscan brillar por sí mismas a pesar de sus carencias físicas. En esos eventos, la dedicación y el esfuerzo son motivo de inspiración, y las historias de éxito y perseverancia son la constante.

Pero en cualquier caso, la estrategia deportiva nacional debe procurar la dignificación del ámbito, que los atletas sean unos profesionales, que ‘hagan carrera’ en cada ramo y no sólo sean ‘estrellas por un día’ al momento de obtener una medalla. Ganen o no, lo importante es conservar el espíritu olímpico, ese que le da sentido al deporte.

viernes, 3 de agosto de 2007

El galimatías de los medios de comunicación

Los medios de comunicación llegaron a ser un referente para el uso correcto del lenguaje. La gente pensaba en cómo lo decía o escribía determinado locutor o escritor para reproducirlo de la mejor manera. Las personas aprendían a expresarse al tiempo que ampliaban su cultura general.

Sin embargo, desde hace varios años, la ignorancia se ha apoderado de las líneas discursivas de radio, televisión, periódicos y revistas, y es cada vez más frecuente encontrar errores garrafales al momento que emiten su mensaje. Y ni siquiera son comentarios personales, sino el material preparado ‘a conciencia’ en sus respectivas redacciones.

De esta manera, tenemos que ‘cosmopolita’ se transforma en ‘cosmopólita’ (Carmen Muñoz, Once Noticias, Verano 2007) y que ‘jubilar’ lo escriben como ‘juvilar’ (Programación de Cablevisión, Verano 2007); ‘sabana’ se convierte en ‘sábana’, la preposición ‘a’ sustituye sin sentido al conjugado ‘ha’ del verbo ‘haber’ (Crónica de la tarde, Verano 2007) y ‘sino’ se utiliza indistintamente a ‘si no’, quedando completamente distorsionado el sentido de la palabra en estos casos.

Y qué decir de otros idiomas. Los black hawks, helicópteros que utiliza Estados Unidos en sus incursiones militares, son ahora ‘blac auks’ (Adriana Pérez Cañedo, Once Noticias, Otoño 2005), Depeche Mode, grupo británico de música electrónica, se convirtió en ‘Depeche Mod’ (María Teresa Aviña, Monitor de la Mañana, Primavera 2007) y el ex vicepresidente de EU, Al Gore, transmuta a ‘Al Gore’ (Carmen Muñoz, Once Noticias, Verano 2007).

Que se equivoquen con vocablos extranjeros es patético; pero que lo hagan con nuestra propia lengua es francamente inaceptable.

Y no sólo en la forma, sino en el fondo, pues encontramos frecuentemente que tampoco tienen idea del contexto o del sujeto/objeto del que están hablando. Es decir, hay desinformación entre quienes se supone van a informar.

Cuando trabajaba en el noticiario Monitor había un segmento de notas breves temáticas y uno correspondía a internacionales. La persona que las redactaría cierta tarde –que contaba con estudios de periodismo–, basada en la información proveniente de agencias como EFE, AP, AFP o NOTIMEX, me preguntó “¿Dónde está Irak?”, yo, asombrada porque era la nota mundial del momento debido a la invasión estadounidense y porque eso lo aprende uno desde los niveles educativos básicos, respondí “En Medio Oriente”, a lo cual volvió a preguntarme “¿Y dónde es Medio Oriente?”, yo, anonadada, le contesté “En Asia”.

Pero eso no fue todo: a los 3 minutos encontró una nota relacionada con Marruecos y me preguntó “¿Dónde está eso?”. Pensé responder “En el Magreb”, pero evidentemente salía de su alcance. Preferí decirle simplemente “Al norte de África”, aunque a la fecha no estoy segura de que se haya ubicado en el mapa.

¿Cómo queremos que los medios contribuyan al enriquecimiento del bagaje cultural de la población cuando al interior de ellos impera la más absoluta ignorancia?

Es cierto que el promedio de la población no tiene por qué saber todo – pronunciación de apellidos en otro idioma, la nacionalidad de un escritor famoso, tecnicismos, nombres científicos, etc…. Sin embargo, los medios sí tienen la obligación de hacerlo, pues para eso se erigieron como entes informativos, y por su misma naturaleza, las personas confían que lo que ahí se dice es lo correcto.