Hace un mes el mundo presenciaba la
inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres, y dos semanas más tarde la
totalidad de las competencias llegaba a su fin. Todo parecía indicar que no habría
más medallas, ni espectadores llenando los escenarios deportivos, ni más
banderas izándose con motivo de una victoria, ni más registros superados hasta
Río de Janeiro 2016.
Sin embargo no todo estaba escrito: faltaban
los Juegos Paralímpicos, que se han celebrado año con año desde Roma 1960 y que
son tan importantes como los Juegos convencionales y los de invierno, aunque
con una indiscutible variante: como sus participantes no dejan millones en
ganancias a las federaciones, ni a las empresas, ni a los medios de comunicación
internacionales, ni a los países, pocos les ponen la debida atención (a pesar de que muchas veces ganan más medallas que los 'buenisanos').
Lo bueno es que al menos un canal deportivo en
la televisión privada mexicana le apostó a estas competencias (que casualmente
encontramos, porque ni siquiera en los noticiarios mencionaban el
acontecimiento) y así pudimos presenciar la ceremonia inaugural.
Todo inició con el gran Stephen Hawking en
medio del escenario principal, siendo la persona con discapacidad más conocida
del mundo; ese pobre hombre cuya lucidez se encuentra atrapada en un cuerpo
estático, atado a una silla de ruedas. Si bien es cierto la ceremonia se centró
en la creación del universo partiendo del big
bang (sin una clara relación con los deportes), nos pareció una muy buena
apertura, incluso mejor que la que vimos en la parte convencional.
Fue un evento pleno de luces, con un hilo
conductor más claro, no tan largo y con una carga emocional más fuerte por
obvias razones (eso sí, les faltó Rowan Atkinson y les volvió a sobrar la Reina
Isabel II, jajaja). Al igual que en los Juegos Olímpicos, fue muy emocionante
el desfile de las delegaciones, quienes hacen posible la magia del olimpismo,
luciendo sus uniformes, todos muy animados al momento de circular por la pista
de tartán.
Por parte de México todos los deportistas
iban con chamarras y jorongos con diversos motivos, texturas, colores y tejidos
propios de la mexicanidad, lo cual me gustó mucho porque muestra nuestra
diversidad, nuestra pluralidad. Y en el caso de los británicos, fue muy
original ver la bandera del Reino Unido girando en las ruedas de las sillas
especiales.
Y ahí iban las decenas y decenas de nuestros atletas,
seguro con todas las ganas de dar lo mejor de sí, de poner su nombre y el de
nuestro país en el medallero, de mostrar que todo es posible cuando se tienen
ganas de hacer las cosas, qué emocionante se ve que va a estar esto!! (y la
gloria paralímpica no tardó en llegar, pues al momento de escribir este Tutti Frutti ya teníamos la primera
plata en natación, súper!!).