viernes, 26 de noviembre de 2010

Mitos del embarazo

Mucha razón tiene César al afirmar que una de las características que diferencia al ser humano del resto de los animales es que comparte sus conocimientos con sus congéneres. Así, al compartir en diversos círculos la noticia de que seremos papás el próximo año, muchas féminas nos han dado consejos, observaciones y sugerencias de acuerdo a su propia experiencia.

Sin embargo, no han faltado los sinsentidos, al grado que apenas se puede dar crédito a que aun se conserven ciertas creencias, mitos y chifladuras en torno al embarazo, principalmente si se refiere al sexo del bebé.

Como bien dijera también César, en lo material la gente puede vivir con teléfonos celulares, internet, televisión por cable y un sinfín de aditamentos que han facilitado los quehaceres cotidianos. Sin embargo, a nivel cultural muchas personas siguen viviendo en la Edad Media a pesar de tantos siglos de avance del conocimiento.

A continuación, comparto con ustedes parte de esa mitología de la que les hablo, habiendo elegido los argumentos más ‘asombrosos’:

- Si en el embarazo se tienen náuseas, seguro el bebé tiene mucho pelo. Si el bebé tiene una buena melena, eso se debe única y exclusivamente a la genética, en tanto que las náuseas tienden a ser una reacción natural del cuerpo de la madre durante el primer trimestre del embarazo; ni modo que los fluidos gástricos de la madre y sus malestares vayan a dar a la cabeza del crío como elíxir para estimular los folículos pilosos… ahora sí que esa es una idea ‘descabellada’.

- Si a la mamá le sale una raya vertical obscura a media panza, seguro es niña y no niño. La hiperpigmentación de la piel es resultado natural del embarazo y puede manifestarse en las axilas, la parte interna de los muslos, el rostro (conocido como paño) o en esa raya a media panza, pero ninguna de esas manchas guarda relación con el sexo del bebé.

- Se deben tomar muchos caldos durante el embarazo para estimular la producción de leche materna. Está comprobado que el único factor que incide en la producción de leche es la succión del bebé. Es decir, en la medida que el pequeñín succione para alimentarse, mayor será la leche que produzcan las glándulas mamarias de su progenitora. Como no todos los bebés son tan hábiles para eso de la succión, no todas las mamás pueden ‘dar pecho’ a sus hijos, pero no porque no hayan tomado suficientes caldos.

- Si se antojan alimentos salados seguro es niño y si son dulces, niña. ¿Qué lógica puede tener eso, por qué relacionar ciertos alimentos con el género masculino o femenino? Eso no es más que gusto personal por un sabor o por otro. He sabido de mujeres a las que se les antojan zanahorias con sal, limón y chilito y tuvieron una niña y otras que se la pasaban a puras galletas y tuvieron un niño, así que no tiene naaaada que ver.

- El primer trimestre hay que comer alimentos amarillos, en tanto que el segundo hay que consumir los de color verde. Lo ideal en cualquier etapa de la vida, y con mayor razón durante el embarazo, es comer balanceadamente, incluyendo alimentos de todos los grupos. Y si a colores vamos, ¿que no ha quedado clara la máxima ‘comer de colores’, en clara alusión a que la diversidad alimenticia dará el equilibrio y los nutrientes que el cuerpo necesita? Además, ¿de qué sirve comer muchos mangos los tres primeros meses y dejar hasta el cuarto mes las espinacas y el brócoli?

- Si se mueve mucho el bebé durante el embarazo, seguro es niño y no niña. Siempre me ha parecido absurdo que se piense que un hombre es más activo que una mujer, y ahora es el colmo que aplique el mismo argumento incluso en la etapa prenatal. He conocido mujeres mucho más inquietas que un hombre o niñas más intrépidas que los niños y no tuvo nada que ver si se movían mucho o no en el vientre materno. Cada mamá es más o menos consciente de los movimientos de su bebé y no por eso se determinará el sexo del pequeñín.

Y ya que estamos en el sexo del bebé, he de compartirles que recientemente fuimos a que nos realizaran un ultrasonido de segundo nivel para segundo trimestre, el cual, gracias al avance tecnológico del ultrasonido, lejos de los mitos y de supuestos bizarros como los que les acabo de enunciar, pudimos saber, a partir de ahora, a quién estamos esperando: ¡¡bienvenida seas, Leticita, nuestra nena, aquí te estamos esperando!!

viernes, 19 de noviembre de 2010

Ah, pa’ nombrecitos…

Viajar en carretera es una experiencia increíble que permite enriquecerse de paisajes, ambientes y vivencias chuscas. Por ejemplo, en abril que fuimos César y yo al sureste nos reíamos mucho cuando en Escárcega pensaron que éramos extranjeros por el simple hecho de que yo iba manejando en mi turno al volante, pues en México tiende a estilarse que los ñores son los que manejan (incluso hay quienes mandan al asiento trasero a la ñora) y sólo la gente de otros países ‘permite’ que las mujeres conduzcan un vehículo.

También tuvimos la fortuna de conocer la reserva de la biosfera y sitio arqueológico de Calakmul, Campeche, un lugar fantástico que seguramente pocos mortales han visitado. Después de varios kilómetros de carretera y un buen tramo casi a campo traviesa, con la vegetación tupidísima a ambos lados del camino, llegamos y nos adentramos a pie, a la usanza de los exploradores de película. Ya muy avanzado el recorrido, uno de los letreros explicativos decía ‘En este lugar podrás encontrar las siguientes especies: jaguar, tigrillo, ocelote…’, AAAYYY!! Pero afortunadamente se nos escondieron las fieras, jaja.

En esa misma reserva vimos decenas de aves tipo pavorreal, muy bonitas, con una variedad de colores que iba del azul al naranja y del verde al casi dorado, que salían por todas partes, a las que tomamos muchas fotos por ser tan exóticas. Cuál fue nuestra sorpresa cuando al buscar en un libro qué animal era, la explicación al lado de la foto decía ‘Pavo ocelado: especie difícilmente observable que se encuentra amenazada’, o sea que fuimos de lo más suertudos al conocerlos!!

Y entre otras cosas, descubrimos otra particularidad de las localidades: el nombre de los poblados. Uno conoce bien las 32 entidades federativas del país, le suenan las ciudades grandes, algunos de sus municipios principales e incluso uno que otro sitio de menor tamaño. Sin embargo, hay ejidos o pueblitos que llevan cada nombre… a continuación algunos de los más bizarros de esa región del país:

- Justicia Social (Municipio de Escárcega, Campeche)
- Cuauhtémoc Quemado (Municipio de Palenque, Chiapas)
- Reforma Agraria (Municipio de Palenque, Chiapas)
- Jerusalén (nada de Medio Oriente ni Tierra Santa; está en el Municipio de Tenejapa, Chiapas)

Recientemente también hemos oído otros que ‘no cantan mal las rancheras’:

- Los Ramones (ni es la banda punk ni está en Estados Unidos, sino que es un Municipio ubicado en el estado de Nuevo León).
- Doctor González (también en terruño neoleonés).
- Sal-si-puedes (que al parecer abunda en territorio mexicano: hay uno en Acapulco, Guerrero; otro en Guasave, Sinaloa; y Tabasco tiene registrado el tercero).

Sin embargo, no todos los nombres raros están tan lejos de lo que parecen: hace poco que llegábamos al metro C.U. leímos el letrero de destinos de un autobús: ‘Perisur, Picacho-Ajusco, COLMEX, Pedagógica’, nada del otro mundo. Pero el camión que le siguió aludía a un lugar denominado Chichicaspa… y ya investigando, se ubica en la Delegación Tlalpan, en el Distrito Federal. Y la risa me duró hasta llegar al andén ante tal nombrecito!!

(Y mejor no entramos en detalles con los nombres propios de la gente, porque también hay cada cosa… tan sólo comentaré que César conoció a unos hermanitos ‘Hansel y Gretel’ en la infancia y yo una ‘Doroty Disneylandia’ y un ‘Cristo Jesús’ en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM; sólo porque nos consta, pues de lo contrario sería algo inverosímil…).

viernes, 12 de noviembre de 2010

'Body Worlds' o la perfección del ser humano

Si hay algo que me sorprende del avance tecnológico es su aplicación al ámbito médico: es sorprendente cómo las operaciones que antes denominaban ‘de caballo’, que exigían cortes de bisturí y requerían semanas o meses de recuperación, ahora son pan de todos los días, sin tanto dolor y sin tanto tiempo para realizarlas y salir adelante.

Como aquella para extraer la vesícula, que ahora se realiza en menos de una hora mediante laparoscopía y que en dos semanas permite retomar las actividades cotidianas. O las cirugías oftálmicas para eliminar miopía o astigmatismo, que en 15 o 20 segundos de láser por cada ojo uno dice adiós a los lentes y en un máximo de 3 días está uno de nuevo utilizando la computadora en el trabajo.

Así me sorprendió también la exposición ‘Body Worlds: un viaje por el corazón’, la cual se encuentra en UNIVERSUM, el Museo de las Ciencias de la UNAM, al sur de la Ciudad de México. ‘Body Worlds’ exhibe una serie de cuerpos sin limitarse a la estructura ósea, sino que muestra órganos, músculos, venas, arterias y terminales nerviosas.

El alemán Gunther Von Hagens fue el creador de la plastinación, que es la técnica empleada en esos cuerpos, mediante la cual se sustituyen los fluidos naturales de los tejidos por un polímero que les da durabilidad y resistencia, además de conservar sus características propias (tamaño, color, etc…).

Desde el inicio, el sonido de los latidos del corazón da la bienvenida a los visitantes, haciendo patente su fuerza, su energía, el soplo de vida que implica ser el primer órgano que se forma y el último que funciona.

Después, el recorrido está organizado en salas correspondientes a los sistemas, aparatos o funciones corporales: la parte digestiva, la urinaria, las articulaciones, los huesos y el sistema reproductor, entre otros. Cada uno muestra órganos sanos, órganos enfermos, cortes laterales y la forma en que están dispuestos en el organismo. Es increíble hacer conciencia de todas las conexiones y el trabajo que implican cada latido, cada inhalación, cada sonrisa.

Destaca la sección donde se exponen embriones y fetos desde las primeras semanas de gestación y hasta la veintitantos. Incluso había uno que correspondía a la edad que tiene nuestro bebé!! Fue impresionante ver un ser humano tan pequeñito, tan completo, tan perfecto (lo malo fue hacer conciencia que ese chiquitín no pudo nacer…).

La museografía impecable, de las mejores que he visto: con muy buen espacio entre un objeto exhibido y otro, con vitrinas que permiten leer la explicación correspondiente de ambos lados para facilitar la consulta y la información bien redactada, en forma sencilla y clara.

Por todo lo anterior, ‘Body Worlds’ es una exposición altamente recomendable, de la cual no sólo aprende uno a conocer o refrescar lo que es nuestro cuerpo y sus funciones, sino a dimensionar la perfección del ser humano en su estructura, en sus partes y en su totalidad. En suma, es la máquina más precisa que se haya creado jamás.

viernes, 5 de noviembre de 2010

‘Los olvidados’, un filme para la Memoria

Como cada año, la Muestra Internacional de Cine hizo su aparición en noviembre, para beneplácito de cinéfilos como yo. En esta ocasión abrió con ‘Los olvidados’, celebérrimo filme de nuestro acervo nacional, dirigido por Luis Buñuel hace 60 años y reconocido por la UNESCO como Memoria del Mundo.

Este último es un programa que pretende salvaguardar, mantener vivo y poner al alcance de todos el patrimonio documental que refleja la diversidad cultural, ya sea mediante películas, audiovisuales, libros o archivos, entre otros.

Los olvidados’ ingresó a Memoria del Mundo en 2003 y es considerada la producción en español más importante que refleja la forma de vida de niños y jóvenes en las grandes ciudades contemporáneas, de una manera realista y en ocasiones cruda.

En su momento se temió la censura, dado el carácter conservador de la sociedad mexicana. Por eso se grabaron dos finales: el oficial y el alternativo, siendo este descubierto después de 50 años en la Filmoteca de la UNAM.

El único ‘negrito en el arroz’ es que los mafiosos de Televisa son los dueños de los derechos de la película, incluyendo los negativos originales de celulosa, como si realmente lo valoraran… (y va otro ejemplo a colación: los televisos convencieron al fotógrafo mexicano Manuel Álvarez Bravo de cederles su obra para crearle un museo y mejor extinguieron el Centro Cultural de Arte Contemporáneo –que era excelente, lo único bueno que llegó a tener esa empresa–, murió el maestro con más de 100 años de edad y siguen pasando las décadas y el recinto seguirá brillando por su ausencia).

Y luego del breviario cultural, volviendo a la Muestra, tuvimos oportunidad de asistir a esa sexagésima conmemoración el pasado miércoles en el Auditorio Nacional y no cabe duda que la película es una verdadera joya, un collage de imágenes que estruja y al mismo tiempo embelesa: los diálogos con el cantar de las clases populares de mediados del siglo XX mexicano, las viviendas lacerantes donde todo está amontonado y sucio, los perros callejeros, los personajes siempre vigentes…

Adicionalmente no podía faltar el elemento surrealista de Buñuel, con la presencia constante de gallinas a lo largo del filme (bueno, recordemos que el mismo André Breton dijo que México es un país surrealista, y cómo no, yo coincido con esa afirmación).

Ahí pudimos ver los dos finales: el primero, devastador, fortísimo, en medio de la desolación y el vacío (del que no doy más detalles porque qué ingratos son los que cuentan la escena final de una peli que uno no ha visto…), y el segundo, con un toque de esperanza y buena voluntad que termina en un suspiro.

Que es cruda, sí; que su contenido es tremendo, también. Sin embargo, es toda una obra maestra, una película altamente recomendable, tanto por su valor fílmico como por su valor sociológico.