viernes, 27 de noviembre de 2009

La ‘gira artística’ de las momias de Guanajuato

Desde tiempos ancestrales, el hombre ha velado por que sus muertos descansen en paz, quedando constancia de ello en los incontables vestigios de entierros, tumbas y sepulturas que la arqueología ha descubierto en épocas recientes.

Les interesaba que los que se iban pudieran cruzar el camino al ‘otro mundo’, muchas veces acompañados por perros, otras con sus objetos de valor como joyas o utensilios de la vida diaria. En ciertas culturas, también era importante que la persona ‘se conservara intacta’ para llegar a su destino final. Fue así como se inició la tradición de momificar los cuerpos, aunque, en ocasiones, algunos cadáveres se llegan a conservar de manera fortuita por las condiciones de su entierro.

Así sucedió en algunos casos en el Panteón de Santa Paula, en Guanajuato, lo que llevó a la creación de un museo que al día de hoy posee una de las colecciones más importantes de momias a nivel mundial, incluyendo cuerpos de hombres, mujeres y niños exhumados entre 1865 y 1989.

El pasado mes de septiembre, anunciaron que 24 de las 111 momias que alberga el museo comenzarían una ‘gira artística’, que tendría como primera parada la Ciudad de México. César y yo pensamos que sería bueno ir en noviembre. Curiosamente, aunque él ha estado varias veces en Guanajuato porque un tío allegado vive allá, nunca ha visitado el museo, y en mi caso, las dos veces que he ido a esa ciudad también ha sido ‘de pisa y corre’ y de momias sólo conozco las del Ex Convento del Carmen, en San Ángel.

Pasó septiembre, luego octubre y cuando finalmente se acercaba la fecha que habíamos establecido para visitarlas, nos enteramos que las momias se habían ido para ser expuestas en Detroit. ¿Qué pasó, por qué no tuvo éxito la exhibición de las momias, por qué no hubo suficiente público? Sospecho que pudo haber sido por respeto a las personas que habitaron alguna vez esos cuerpos o simplemente porque la gente se estremece al pensar en cadáveres, y peor aun si se trata de hacer un plan para verlos.

Todo esto me hizo pensar en que los pobres muertos también han experimentado en carne propia – o mejor dicho, en hueso propio, jaja – las prácticas culturales de la modernidad, en las que doblemente ha importado un soberano cacahuate su descanso eterno: primero porque profanaron sus tumbas para extraerlas y luego porque vuelven a trasladarlas, de un lado a otro, para mostrarlas al mundo.

¿Realmente le interesa a alguien que esos cadáveres descansen en paz? Probablemente no, aunque tal vez ya se acostumbraron al movimiento, a los visitantes y al ajetreo del museo. O qué tal si es cierto lo que dice la canción de Mecano, No es serio este cementerio, cuya letra bien podría aplicarse al caso de las momias de Guanajuato:

Y los muertos aquí lo pasamos muy bien
Entre flores de colores
Y los viernes y tal, si en la fosa no hay plan
Nos vestimos y salimos
Para dar una vuelta, oh oh oh
Sin pasar de la puerta, eso sí
Que los muertos aquí es donde tienen que estar
Y el cielo por mi se puede esperar.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Nuevos impuestos: en completo desamparo (epílogo)

Era de esperarse: hace unas semanas, diputados federales y senadores aprobaron la ley de ingresos 2010, que aunque no incluyó el mentado 2% generalizado al consumo, si agrega un punto porcentual al IVA y otros dos al ISR, además de otras ‘estocadas’ como los impuestos a la telefonía celular. Estos, los más ‘novedosos’ porque no fueron tan cacareados en los medios, también indignan porque lejos de contribuir al desarrollo del país, lo hacen retroceder.

Y es que un buen porcentaje de la población utiliza la telefonía celular e incluso hay quienes no tienen línea fija pero sí cuentan con un número celular por ser menos costoso y más práctico y accesible. Así sucede con las personas del servicio de limpia, los repartidores de garrafones de agua, las trabajadoras domésticas y los cerrajeros, entre muchísimos otros, y lo utilizan tanto para lo laboral como para lo personal.

En la medida que ese tipo de servicios tengan mayor costo, menores serán las posibilidades de esas personas de acceder a las telecomunicaciones. ¿No que en el gobierno estaban muy preocupados por beneficiar a los pobres? Pues con ese impuesto afectan directamente a ese grupo.

Y con los otros grandes ‘atorones fiscales’, de plano quedamos en completo desamparo porque se cobran ‘a lo chino’, ya que no es lo mismo decidir si contrato o no televisión por cable y asumo el aumento de 3% a ese servicio, sino que el recibo de nómina vendrá 2% más rasurado a partir del 1 de enero del próximo año por aquello del ISR. Ni qué decir del IVA… aunque al menos agradezco que no lo hayan hecho extensivo para alimentos y medicinas, que ya sería el colmísimo.

¿Por qué estos infelices legisladores actúan de esa manera, por qué no mejor trabajan todo el año para formular una propuesta de ingresos seria, digna, progresiva, en lugar de esas improvisaciones que no aportan nada bueno a la población?

Para evitar ese comportamiento debería existir la reelección legislativa. Ustedes dirán, ‘esta de plano ha enloquecido’, pero lo cierto es que quienes ocupen los cargos de diputado o senador deberían ser personas con interés de hacer carrera en el plano legislativo, más allá de los intereses de partido.

Y es que los legisladores de este país le deben todo a este último, pues de ellos depende su carrera pública. De esa manera, su acción legislativa obedece cien por ciento a lo que sus partidos ordenen, a pesar de contravenir al bienestar de la mayoría – y si no, qué tal el ‘verdul’ que armaron PRI y PAN al interior de sus bancadas por la pura grilla de quién queda bien con quién al votar a favor o en contra de la propuesta fiscal. Y sus distritos o entidades representadas… bien, gracias –.

En cambio, en países como Estados Unidos, la reelección legislativa promueve que los legisladores trabajen a favor de la ciudadanía, pues esta tiene el poder de ratificarlos en el cargo al momento de las elecciones. Así, los diputados tienen incentivos para trabajar por las personas porque son éstas quienes les dan la oportunidad de legislar al votar por ellos – aquí eso no aplica y por eso voté en blanco el verano pasado, pues por quien votes no se vuelve a parar en la zona hasta otros comicios, buscando el voto de quienes desconoce porque nunca trabajó para ellos, sino para su padrino, digo, partido –.

Epílogo: esto de la miscelánea fiscal sólo cambiará cuando los legisladores representen a la población, no a los partidos. Mientras tanto, sigamos soportando el voluntarismo de estos miserables.

viernes, 13 de noviembre de 2009

A veinte años de la caída del Muro

¡Qué días de rebumbio internacional! Era un frío noviembre de 1989 cuando pasó lo impensable: el Muro de Berlín, que fuera construido en 1961 para dividir la capital alemana y evitar que las ideologías occidentales penetraran Europa oriental, caía a pedazos ante la mirada atónita del mundo entero.

Y no sólo eso: cayendo el muro también se venía abajo el bloque socialista, poniendo fin a décadas de Guerra Fría, donde la amenaza de conflicto nuclear entre Estados Unidos y la Unión Soviética era pan de todos los días.

Fue un momento histórico de grandes nombres y grandes hombres; Mijail Gorvachov con la perestroika, Helmut Kohl al frente de la República Federal Alemana y George Bush padre como cabeza del triunfante bloque capitalista, quienes hicieron posible el proceso de reunificación alemana.

Además, estuvieron Lech Walesa y su movimiento Solidaridad, el Papa Juan Pablo II y su abierto repudio al comunismo, Margaret Thatcher y su actuar de hierro, François Miterrand y su oposición a la caída del Muro, Felipe González que además de sacar a España adelante se declaró a favor de una sola Alemania, y el desmoronamiento de las dictaduras en Rumania, Bulgaria y Checoslovaquia.

¿Y el gran protagonista? El pueblo alemán, por supuesto, al recobrar el derecho a transitar libremente, a expresarse como quisiera y a ver de nuevo a sus seres queridos que habían sido ocultados por el hormigón y las alambradas del muro.

Todo pintaba para ser lo que el fotógrafo Oliverio Toscani plasmaba en sus imágenes publicitarias para Benetton: un planeta donde podían convivir razas, credos, preferencias sexuales y edades.

Recuerdo haber visto todo eso en los noticiarios de la época, cuando estaba en la primaria, y era tal el ambiente de esperanza en el porvenir, tan interesante, rico en negociaciones y voluntades y tan tan fascinante en sí mismo, que de ahí me quedó la semilla para dedicarme a las relaciones internacionales, porque sí podía existir un mundo mejor.

Desgraciadamente, lo que no se vio en ese momento fue que, de forma paralela a la caída del Muro de Berlín, otros muros se erigieron o salieron a la luz: el de la xenofobia, que generó la guerra en la ex Yugoslavia; el de los fundamentalismos religiosos, que condujo a los enfrentamientos armados en Afganistán; el del terrorismo, que desembocó en los atentados contra las Torres Gemelas de Nueva York, el del consumismo, que ha provocado el colapso climático del planeta, y el del individualismo global, que al paso de los años ha promovido la decadencia generalizada en la sociedad mundial.

viernes, 6 de noviembre de 2009

El caso Mixquic: otra cara del Día de Muertos

Siguiendo en la tónica del Día de Muertos, viendo que las madrugadas de 1 y 2 de noviembre caerían en domingo y lunes respectivamente, empecé a alborotarme para que fuéramos a ver las ofrendas en Mixquic, en la delegación Tláhuac, aun cuando siempre he sido de la idea que no hay que invadir ese tipo de manifestaciones culturales para evitar que se pierdan, porque lejos de preservarse, el turismo masivo llega a contaminarlas.

Pero bueno, había que sondear el panorama, por lo que ni tarda ni perezosa entré a internet para buscar información. Cuál va siendo mi sorpresa al encontrar un sitio electrónico exclusivo de las celebraciones en Mixquic: no de la UNESCO, ni de México Desconocido, ni del gobierno local, sino una onda súper comercial donde había la posibilidad de comprar playeras y postales alusivas a las tradiciones de muertos de Mixquic.

Mi segundo trago amargo fue ver la galería de fotos: para mí, un cementerio es un lugar sagrado, donde se va de manera ritual. Sin embargo, las imágenes, a pesar de mostrar el camposanto iluminado, incluían los andadores con ríos de gente; no locales, sino turistas que más allá de sentir suya esa tradición van porque ‘hay que ir’, o porque ‘lo recomendaba la guía turística’, o argumentos fáciles para justificar una presencia hueca en el lugar.

Por último, venía el apartado ‘Programa 2009’: para el 31 de octubre contemplaba un taller de elaboración de globos de Cantoya, la obra de teatro ‘Juanito y el castillo embrujado’ y Mario Iván Martínez haciéndola de ‘cuenta cuentos’. Para el 1 de noviembre, estarían el Grupo Performance de Mujeres de Tláhuac, la obra de teatro ‘La calaca pirulina’ y Óscar Chávez. Para el 2 de noviembre, el ballet folklórico Tloque Nahuake y Susana Harp con una sinfónica.

No dudo que los lugareños sigan teniendo bien firmes sus convicciones en torno a la muerte. Pero por lo que los oportunistas han hecho con Mixquic, con la preocupación de dónde estacionar el coche si íbamos y en clara abstención de contaminar aun más las tradiciones que nos han dado reconocimiento internacional, decidimos pasar la noche de muertos en la tranquilidad de nuestro hogar, con nuestra propia ofrenda y nuestros seres queridos que en realidad nunca se han ido.

Cómo me recordó todo esto a Cumbre Tajín, una bazofia disfrazada de festival cultural que inventaron algunos vivales – como la mafiosa Sari Bermúdez y sus secuaces – con la falsa promesa de preservar la cultura del Totonacapan (es decir, la zona norte de Veracruz, donde se estableció la ciudad totonaca de Tajín).

Pero lejos de contar con artesanos, danzantes y voladores de la región, el circo ese vende lectura de caracoles, temazcales y conciertos de agrupaciones e individuos como Botellita de Jerez, Willie Colón, Los Tigres del Norte, Fito Páez, Celso Piña y Moderatto, es decir, pura charlatanería esotérica aderezada con una mezcolanza musical.