sábado, 29 de noviembre de 2008

Marcas que se vuelven nombres

Es curioso que haya algunos productos cuya marca es la que determina la forma de nombrarlos. Llevan tantos años en el mercado, en el gusto del público y en las alacenas de los hogares, que parece que tuvieran una identidad propia. Sí, eso, una presencia por sí mismos, al grado que el objeto recibe ahora el nombre de esa marca como si fuera al genérico.

Me refiero a lo siguiente:

- Leche condensada: lechera

- Pañuelo desechable: kleenex

- Leche evaporada: leche clavel

- Cinta adhesiva: diurex

- Refresco de cola: coca cola

- Pastilla contra el dolor de cabeza: aspirina

- Agua mineral: tehuacán

- Lápiz adhesivo: pritt

- Fécula de maíz: maicena

- Chocolate en polvo: choco milk

- Pan de caja: pan bimbo
¿Y eso a qué viene a colación? Nada, simplemente una observación curiosa, jaja.

viernes, 21 de noviembre de 2008

La mediocridad declarada de la selección nacional

Sinceramente nunca pensé escribir nada en relación a la selección nacional de futbol soccer de nuestro país (y me refiero a ella en minúscula porque literalmente no está a la altura). Me parece que es perder el tiempo, que no vale la pena hacerlo. Sin embargo, luego de la vergonzosa afrenta del miércoles, perdiendo 1-0 por autogol contra Honduras - ¡para colmo Honduras, por Dios, eso ya fue un exceso…! –, en las eliminatorias rumbo al Mundial de Sudáfrica 2010, no podía pasar por alto la mediocridad que han demostrado.

Entrenadores van y entrenadores vienen. Que Lavolpe era un vividor fanático del feng shui… fuera!! Que Hugo no dio el ancho… fuera!! Y ahora el sueco, de nombre casi impronunciable y que muy a tono ni siquiera habla español, a quien yo ya hubiera despachado después de hacer papelazo tras papelazo en partidos oficiales, amistosos y donde se pare.

En cuanto a los jugadores, que si Cuauhtémoc Blanco ya no está para la selección, que si deben entrar los nacionalizados, que hay que darle oportunidad a las jóvenes ‘promesas’, que hay que renovar al equipo técnico de tajo porque está viciado… y nada funciona!!

Mucho se precian de que este o aquel juegan en la liga alemana, española, británica u holandesa. En teoría eso sucede porque su nivel es de primera y por eso llama la atención su trabajo en la cancha. Lo cierto es que de nada sirve al futbol mexicano que esos deportistas estén allá si no dan resultados al jugar en el contexto de la selección. Los únicos beneficiados son los mismos futbolistas por recibir ingresos en euros y porque de ahí se lanzan al escaparate publicitario de los contratos con las grandes marcas – como el antipático de Rafael Márquez y su permanente pleito con la regadera, ajt… –.

Retomo esto de la selección luego de pensar que esto va más allá de lo deportivo, de los directores técnicos que se forran de dólares sin comprometerse realmente con la causa, de la mafia de las televisoras que son propietarias de varios equipos: es simplemente cuestión de actitud.

Una cara positiva frente a cualquier situación hace la diferencia. Y lo positivo va acompañado de dinamismo, auto confianza, planeación, responsabilidad, tesón y trabajo en equipo.

La selección nacional presenta justamente el lado opuesto: lo negativo, lo mediocre, la falta de compromiso, el ‘ahí se va’, lo improvisado y todos los vicios que caracterizan la faceta más oscura del mexicano. Y es que podremos tener varias estrellitas mexicanas jugando en Europa, pero su individualismo no aporta nada a la selección como un conjunto.

Y abusan todos esos infelices vinculados a la selección porque saben que la gente siempre apoya. No estoy diciendo que debamos irle al equipo contrario, pero sí que seamos más exigentes, que hagamos una especie de ‘ley del hielo’ no viendo los partidos, no apoyando incondicionalmente a la selección, para que finalmente toque fondo y tome conciencia de que los aficionados merecen respeto y un buen nivel futbolístico. Porque más allá de ganar o perder, sus partidos se han vuelto simplemente patéticos. Ni más, ni menos.

viernes, 14 de noviembre de 2008

¿Por qué nunca hay explicaciones?

En serio que México es el país donde nunca hay explicaciones. Y no sólo se trata de magnicidios, decomisos millonarios, tráfico de especies animales o desapariciones. Caí en cuenta de esto el miércoles pasado, cuando César y yo íbamos en el metro de regreso a casa, como todos los días.

Aunque no es raro, de repente se quedó parado el tren en una estación. Uno, dos, tres minutos. Las puertas abiertas, la gente comenzando a desesperarse. Y el sonido local mudo, no decía nada. ¿Por qué se para el metro, sucedió algo adelante, por qué no siempre se detiene el mismo tiempo en cada estación si no depende del tránsito vehicular? Nunca hay explicación.

Llegando a la penúltima estación, Copilco, mi mamá nos habló para decirnos que estaba cerrada con patrullas la avenida que lleva a Ciudad Universitaria, por lo que teníamos que tomar el autobús para vernos cerca de casa.

Ya en el paradero, no había un solo camión, nada, sólo gente desorientada y decenas y decenas de personas caminando más de un kilómetro para llegar a donde hubiera transporte – por Iman y Aztecas –.

¿Qué pasaba, porqué tantas patrullas en las cercanías: acaso un operativo anti-piratería, un plantón de los vecinos de esa colonia, un accidente, huelga de microbuseros?... Todo podía estar sucediendo, y los patrulleros bien metidos en sus destartaladas patrullas, orgullosos de su ineptitud. O como diría mi querido primo Luisín, ‘evitando la fatiga’, jaja.

Nadie sabe nada, nunca hay explicación y eso se presta a ligerezas. Algunos transeúntes decían ‘es una falla eléctrica general en esa colonia y por eso impiden la entrada a la zona’ – mentira absoluta, todo estaba completamente iluminado –. Otros hablaban de caminar en esos rumbos desconocidos para buscar taxis u otros camiones – para qué meterse a la boca del lobo… –.

¿Por qué no avisar a la gente que llegaba en el metro el por qué de la falta de transporte, por qué no hablar de rutas o vehículos alternativos, cuánto tardaría la contingencia, era peligroso estar ahí?

Y uno porque puede caminar, pero había personas mayores y mujeres con niños pequeños que definitivamente no podían trasladarse a pie a su destino debido al cierre general de la avenida.
Este es sólo un caso, porque lo mismo sucede cuando uno va en su automóvil y repentinamente hay un tráfico terrible, o cuando cierran una ventanilla y hay una fila enorme de personas esperando su turno, etc... Sencillamente, nunca hay explicaciones.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Falsos remedios

La semana pasada, mientras mi mamá y yo veíamos tele, extrañamente dejamos el segmento comercial. De repente que anuncian algo así como ‘Si el reflujo no te deja en paz, toma melox plus, el único que te hará olvidar la acidez’.

¿Se dan cuenta de la gran tontería implícita en ese tipo de medicamento? El ácido gástrico persistentemente convertido en agruras o malestar no sólo significa indigestión o gastritis: en grado sumo es síntoma de padecimientos más graves como la hernia hiatal que tenía mi mamá y que abandonados a su suerte pueden derivar en cáncer, de acuerdo al Dr. José Luis Ibarrola, gastroenterólogo a cargo.

Y no es el único caso con que me he topado de sustancias o aditamentos que ejemplifican cuan malo puede resultar el remedio por encima de la enfermedad.

Otro es el de los cotonetes. Sí, esos palitos de plástico con una pequeña borla de algodón en cada extremo que suponen limpiar los oídos. Mi querida prima Lolis, máster en esos menesteres de las vías respiratorias, un día nos revisó y dijo ‘Usan cotonetes, ¿verdad?’. La respuesta fue simplemente afirmativa, a lo cual agregó que eso se nota porque los conductos están extremadamente limpios, sin la cera natural que evita que agentes externos los contaminen. Es decir, ‘gracias a’ los cotonetes uno es más vulnerable ante los agentes negativos del medio ambiente.

Y uno más: el mertiolate. Hace 9 años, luego de una carambola en la que nos vimos envueltos mi mamá, Lita, César y yo, mi mamá resultó con una herida-raspón en la espinilla. Pasaban los días y el aspecto de la piel no presentaba mayor mejora. Fuimos con el Dr. Fernández Diez, dermatólogo, y preguntó ‘¿Qué se ha puesto?’. Ella contestó ‘Mertiolate’. El Dr. Fernández Diez dijo ‘Gracias al mertiolate y a la vitacilina mis hijas han ido a la escuela’, aludiendo a que esas sustancias impiden una buena cicatrización de la zona afectada, empeorando la lesión.

Para terminar, el caso de la depilación láser. En cada esquina – literalmente – ve uno negocios donde ofrecen eliminar el vello en varias sesiones. Pero, ¿quién garantiza que el uso constante de láser no tenga consecuencias negativas en la piel en el mediano o largo plazo? A mi me quitaron la miopía con láser en tan sólo 12 segundos por cada ojo, ¡tan sólo 12 segundos! ¿Se imaginan lo que le hace a la piel expuesta al rayo en varias sesiones de más tiempo?

De esos tratamientos depilatorios no tengo testimonio médico del daño que puedan provocar, pero apuesto a que ninguna de las personas que han acudido a ellos ha consultado previamente con los especialistas de diversas ramas médicas si eso tiene consecuencias a nivel capilar, reproductivo o circulatorio, por ejemplo.

¿Qué tal? Es por eso que nunca debemos automedicarnos ni dar por sentado que si existen las cosas es porque tienen alguna utilidad – ojo con la publicidad y su ‘canto de sirena’ –, cuanto más si se trata de nuestra salud. Lo mejor es y será siempre acudir con el médico experto desde un principio.