En plena era de la información, temas como el embarazo y el postparto no son excepciones, de manera que es posible encontrar páginas y páginas –que impresas implicarían kilos y kilos de papel– con datos, consejos, preguntas, respuestas, diagramas y un sinfín de elementos útiles para transitar por el maravilloso camino de dar vida a otro ser.
A pesar de ello, existen pequeños detalles que hacen la diferencia y por lo general sólo se saben sobre la marcha, aunque uno que otro de ellos bien te lo puede compartir alguien (y cómo se agradece!!).
Es por eso que, a manera de remembranza para quienes lo han vivido, como consejos prácticos que de mucho servirán a quienes planean hacerlo y como anécdotas generales para el resto, comparto con ustedes algunos de esos ‘no escritos’:
- Aunque parezcan una miniatura y se piense que nadie cabría en ese breve espacio, sí es necesario tener ropa talla ‘recién nacido’ (RN o NB, unos dos o tres trajecitos, camisetas y/o mamelucos), lo mismo que pañales para esa etapa (con dos paquetitos es más que suficiente).
- No basta con tener los artículos que el bebé necesita; hay que leer los instructivos antes de su llegada a casa (ojo con esterilizadores de mamilas, monitores, instalación de autoasientos, armado de bouncers, carriolas, etc…).
- Una sana y sustentable alternativa inicial a las toallitas húmedas son las motitas de algodón humedecidas en agua (y qué mejor si está tibia!!).
- Es recomendable tener un escurridor de trastes exclusivo para mamilas, extractores de leche y, en su caso, chupones, lo mismo que una esponja y recipiente para jabón que sólo se utilicen con lo del bebé.
- Es bueno contar con una lata de fórmula (leche maternizada), etapa 1, por si la lactancia no funcionó o es insuficiente; es mejor eso que estar buscando una tienda o farmacia el día que sale uno del hospital con todo y tiernito.
- En los supermercados venden unas esponjas grandes, planas, en forma de osito, que son especiales para usarlas en la tina a la hora del baño. Con ellas el proceso es más seguro y sencillo para todos.
A pesar de ello, existen pequeños detalles que hacen la diferencia y por lo general sólo se saben sobre la marcha, aunque uno que otro de ellos bien te lo puede compartir alguien (y cómo se agradece!!).
Es por eso que, a manera de remembranza para quienes lo han vivido, como consejos prácticos que de mucho servirán a quienes planean hacerlo y como anécdotas generales para el resto, comparto con ustedes algunos de esos ‘no escritos’:
- Aunque parezcan una miniatura y se piense que nadie cabría en ese breve espacio, sí es necesario tener ropa talla ‘recién nacido’ (RN o NB, unos dos o tres trajecitos, camisetas y/o mamelucos), lo mismo que pañales para esa etapa (con dos paquetitos es más que suficiente).
- No basta con tener los artículos que el bebé necesita; hay que leer los instructivos antes de su llegada a casa (ojo con esterilizadores de mamilas, monitores, instalación de autoasientos, armado de bouncers, carriolas, etc…).
- Una sana y sustentable alternativa inicial a las toallitas húmedas son las motitas de algodón humedecidas en agua (y qué mejor si está tibia!!).
- Es recomendable tener un escurridor de trastes exclusivo para mamilas, extractores de leche y, en su caso, chupones, lo mismo que una esponja y recipiente para jabón que sólo se utilicen con lo del bebé.
- Es bueno contar con una lata de fórmula (leche maternizada), etapa 1, por si la lactancia no funcionó o es insuficiente; es mejor eso que estar buscando una tienda o farmacia el día que sale uno del hospital con todo y tiernito.
- En los supermercados venden unas esponjas grandes, planas, en forma de osito, que son especiales para usarlas en la tina a la hora del baño. Con ellas el proceso es más seguro y sencillo para todos.