viernes, 25 de febrero de 2011

Un día muy especial

Este día es muy especial: es cumpleaños de mi mamá. ¿Saben quién es ella? Nada más y nada menos que la persona más extraordinaria del universo, la que me enseñó el gusto por la cocina, me dio un ramo enorme de rosas rojas cuando terminé mi tesis, me llevó siempre con sus amigas a los desayunos que organizaban algunos fines de semana, me acompañaba todas las mañanas a esperar el autobús escolar, me regaló un viaje a Orlando cuando cumplí 15 años (que fue increíble!!) y me acompañó a pedir dulces en Halloween (con la ventaja adicional de que me daban más porque no iba con más niños, jaja!!).

Ella nos invitó a cenar pizzas cuando presentamos el último examen de la carrera, me preparaba leche tibia con chocolate antes de ir a la escuela (era Choco Kiwi y lo acompañaba con concha para ‘sopear’, mmm), me enseñó a cuidar las plantas, me apoyó cuando trabajaba en Monitor los domingos de 16 a 21 hrs. (eso hacía mi vida miserable), me llevaba de paseo al Parque España, me llamó siempre antes de salir del trabajo (y yo la esperaba en la ventana para bajar corriendo a recibirla) y me despertó a diario con besos y palabras dulces.

Cuando yo era niña, mi mamá me leía cuentos en la noche (y me daba un libro u otras sorpresas para hacerme sentir mejor cuando me enfermaba), me llevaba cada año de vacaciones, me enseñó a manejar, me tuvo paciencia cuando me dio varicela (fue a los 16 años y entre el malestar y que tenía que presentar un examen final de física estaba yo como león enjaulado), me creó la necesidad de estar informada y me enseñó a llamar por teléfono a los demás en sus ocasiones importantes.

También me ha enseñado a escoger las mejores frutas y verduras, me ha dicho que nunca se debe llegar con las manos vacías a un lugar, que primero está la salud, que hay que limpiar una lata antes de abrirla, que una buena administración es fundamental y que ‘más vale paso que dure y no trote que canse’.

Ella me llevó decenas de veces al dentista, me dibujó el Snoopy más simpático que ha existido (panzón y con sombrero, simplemente genial!!), me ilusionaba con los ‘domingos de cosquillas’ (y me decía ‘poquitas, porque si no te quedas nerviosa’), me preparaba los disfraces escolares, me regaló una cadena de oro hecha a mano, me ha enseñado a ahorrar y me ha comprado esos deliciosos algodones de azúcar de color pastel que venden en Chapultepec.

Mi mamá ha llenado mis días de buena música, me ha dado los más espectaculares pasteles de cumpleaños (con el merengue de Sanborns que es buenísimo!!), me ha enseñado a tejer y a subir un dobladillo, ha sido solidaria en todos mis malos ratos laborales (que no han sido pocos…) y me ha acercado a distintos tipos de comida.

Juntas nos operamos los ojos para dejar de usar lentes, juntas nos vamos al amanecer a hacer ejercicio o de escapada a las tiendas a ver qué hay de nuevo, juntas disfrutamos del periódico en su edición de viernes, juntas nos acabábamos las cajas de Carlos V estilo suizo, juntas leemos los horóscopos de la revista Vanidades, juntas preparamos la lasagna de Navidad y juntas vamos por un helado o un buen esquite luego de la jornada diaria.

Mi mamá es quien no ha escatimado en amor, tiempo y esfuerzo para darme lo mejor de lo mejor en lo emocional y en lo material. Cada detalle, cada instante y cada día juntas ha sido la bendición más grande que Dios me ha dado.

¿Saben algo más? Ahora que Leticita está por llegar, espero ser al menos la mitad de lo maravillosa que ella es.

* * * *

Bichi: te deseo el más maravilloso de los cumpleaños, te quiero con todo mi ser, gracias por hacerme hoy y siempre la persona más feliz del mundo!!

viernes, 18 de febrero de 2011

¡Cuál consideración!

Confieso que en todo momento he disfrutado al máximo mi embarazo: la forma cómo se ha ido desarrollando, cada nuevo movimiento de la Nena, lo que he aprendido del proceso, los cambios de mi cuerpo… ¡TODO! Mis seres queridos han estado al pendiente en todo momento de nosotras y las personas de otros entornos en los que nos desenvolvemos también han dado claras muestras de alegría por la venida de Leticita.

Sin embargo, también ha sido momento de darse cuenta que afuera no se tiene consideración alguna por las mujeres embarazadas; voy de acuerdo que durante los 3 o 4 primeros meses no se nota y la gente se comporta tan individualmente como acostumbra, pero cuando uno anda por la vida con una panza de más de 100 cm de diámetro definitivamente no pasa desapercibida para ser objeto de una atención social.

Por ejemplo, el metro supone tener asientos reservados para grupos prioritarios, tales como adultos mayores, discapacitados, mujeres embarazadas y féminas que llevan menores en brazos. Por lo general, esos lugares los ocupa cualquiera porque no siempre abundan personas de los sectores señalados, pero en cuanto una de ellas se sube al vagón debería ser obligatorio ceder el asiento a quien corresponde.

¿Sí…? Pues nada, lo único que hacen los miserables que van en esos lugares es fingir demencia, o hacerse los dormidos, o que la virgen les habla, o pasar largos e incómodos minutos viendo la panza de la embarazada o el bastón del viejecito sin pararse.

Ni qué decir en los autobuses o en los fishers, en los cuales, so pretexto de la multitud, todo mundo finge no ver al prójimo con tal de no dejar el asiento. Lo más ridículo fue cuando César y yo fuimos al metro en un fisher, hace unas dos semanas, y en el trayecto pasamos por una iglesia: la tipa que iba sentada con mi panza casi en la cara, de unos 36 años, que se va persignando al pasar por el templo. De plano nos reímos y en corto comentamos ‘Qué tal esa vieja cínica: dizque muy religiosa, ¿no?

Ah, porque han de saber que el ‘vale gorrismo social’ no es privativo de los hombres (bueno, si a esos se les puede llamar así…), sino que las mujeres ‘no cantan mal las rancheras’ y tienen cero solidaridad de género (cualquier duda al respecto, observen lo que sucede en las áreas exclusivas para mujeres en los andenes y vagones del metro: es donde peor se ponen los empujones, los arrebatos y la víscera…).

Ni qué decir del entorno laboral, donde supuestamente se crean programas y acciones enfocadas a mejorar las condiciones de las personas vulnerables, entre las que se encuentran mujeres, adultos mayores y jóvenes. A las embarazadas les procuran leche fortificada, suplementos alimenticios, se les incentiva a acudir a las unidades de salud y se les otorgan diversos apoyos para sus hijos menores de 5 años.

Pero a las funcionarias en el mismo estado que trabajan en la institución no les preguntan ni ‘¿Cómo te has sentido?’, o no les hacen ofertas del estilo ‘Si necesitas ir al médico no dudes en hacerlo’, que sería lo más elemental. Es más: un pseudo jefe vino a trabajar con influenza AH1N1, con su oficina a unos metros de la mía, y en ningún momento a las ‘jefas’ se les ocurrió decirme ‘Si en él no cabe la cordura y viene a trabajar, tú vete a casa por el riesgo que eso implica para ti y tu bebé’.

Y la última: el día que se llevó a cabo una gran marcha en la Ciudad de México, a principios de este mes, el edificio donde trabajo estaba rodeado de manifestantes y granaderos. Incluso adentro había un bloque de 5 filas de los llamados ‘robocops’ custodiando que nadie se filtrara por la escalera o los elevadores. El escenario era de temerse ante los antecedentes vandálicos de algunos de los grupos a manifestarse.

Cuando se tiene criterio, como en el trabajo de César, el desalojo de personal es inminente. Sin embargo, a mi lo único que me dijeron fue ‘¿Cómo le vas a hacer en la noche, cuando salgas?’, porque tampoco fueron para decirme ‘Por si se pone feo mejor adelanta la salida, más vale prevenir’.

Gracias a Dios me he sentido estupendamente en estos 8 meses, pero me pregunto, ¿qué, te tienen que ver mal para tener algún tipo de consideración por estar embarazada? Eso no habla más que de una falta de sensibilidad alarmante. Pero como bien dijera Lita, ‘en su salud lo hallarán’.

viernes, 11 de febrero de 2011

Mordaza maldita

Karl Marx señaló en 1848, en las primeras líneas de El manifiesto comunista, ‘Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo’. Así, en México, ahora tenemos nuestro propio espectro: el de la mordaza informativa. Con esto me refiero, naturalmente, a la salida forzada de Carmen Aristegui del noticiario matutino de MVS Radio.

Un comentario sobre la manta que algunos legisladores extendieron la semana pasada en la Cámara de Diputados, cuestionando la sobriedad del jefe del ejecutivo, bastó para que Presidencia obligara a esa empresa de comunicaciones a despedir a la periodista (que no lectora de noticias, como abundan en televisión y en todo el espectro radiofónico), quien representaba la única opción para informarse (y con la doble moral y la intransigencia que los caracteriza no sé cómo no la habían vetado desde antes por el manejo informativo de los casos Maciel y Luz y Fuerza del Centro).

Código ético, manga del muerto o cualquiera que sea el pretexto, digo, argumento, que utilice MVS, lo cierto es que el gobierno actual tiene una intolerancia absoluta frente a la crítica: no soporta que señalen sus errores, fallas u omisiones; no están dispuestos a rectificar el rumbo porque alguien más lo sugirió –aunque ese alguien tenga razón–; y se ponen rabiosos si se les pone en evidencia públicamente.

Con nombre y apellido, lo que le hicieron a Aristegui fue atentar contra su libertad de expresión, porque aun siendo rumor o dato equivocado, lo cierto es que cada uno somos libres de decir lo que nos venga en gana, le guste o no al resto (tal como sucedió con el también reciente pseudo escándalo del programa inglés Top gear en el cual estereotipaban al mexicano como holgazán; ¿qué el mismo mexicano no se burla de los europeos generalizándolos de sucios, o de algunos sudamericanos diciendo que son insufribles…? El que se lleva se aguanta, libertad de expresión y punto).

Además, ella no ofendió a nadie ni insinuó nada; únicamente instó a la presidencia a pronunciarse al respecto. Lo más ridículo es que tácitamente le dieron la razón, porque a pesar de que los voceros oficiales dijeron no tener nada que ver en el despido injustificado de Aristegui, a los dos días emitieron un comunicado (de carácter patético, por cierto) en el que detallaban las actividades del presidente (y lo de la hora diaria de ejercicio que se los crea su abuela, jajaja), dándole la razón a la periodista.

La primera víctima visible de la mordaza maldita de nuestros días fue José Gutiérrez Vivó, otro periodista crítico aunque con otro estilo, a quien cercaron hasta asfixiarlo económicamente (aunado a los malos manejos internos de la empresa como lo comenté en uno de los primeros blogs de 2007). No dudo que la estrategia con Aristegui sea similar, pues no creo que algún medio nacional la contrate porque ello implica desafiar al poder en turno, habiendo concesiones de radio pendiendo de un hilo.

¿Pero por qué siempre esa ‘agachonería’, por qué esa falta de ‘solidaridad de gremio’? Todos los medios de comunicación deberían cerrar filas en apoyo a cualquiera que vea vulnerado sus derechos en pleno ejercicio profesional, porque como bien dijo Aristegui, con este atropello a la libertad de expresión, todos salimos perdiendo, puesto que la mordaza se nos puede aplicar a todos (que Tutti Frutti se libre de sus filosos colmillos, jajaja).

viernes, 4 de febrero de 2011

Rebeliones en Medio Oriente

De manera inesperada, Medio Oriente dio la nota de un día para otro con manifestaciones civiles multitudinarias exigiendo la salida de sus añejos dictadores. Primero fue Túnez, luego Yemen y por último Egipto, siendo este último un caso verdaderamente representativo, pues su cercanía política con Occidente le había permitido continuar con un gobierno autoritario que bien convenía a países como Estados Unidos dada su posición geográfica.

El pueblo egipcio se ha apostado en plazas y espacios públicos, exigiendo al presidente que deje el cargo cuanto antes. Entre los manifestantes se encuentran personas de todos los credos, edades, profesiones e incluso familias completas, que se han congregado en las calles para protestar –en el diario El País publicaron la fotografía de un bebé en su carrito portando un letrero que en mayúsculas decía categóricamente: ENOUGH–.

El tirano de esa historia es Hosni Mubarak, que con 82 años de edad, de los cuales 30 ha estado en el poder, se aferra a continuar en la presidencia de Egipto a pesar de sus actos de corrupción y nepotismo. Adicionalmente, lejos de ser una economía pujante, en ese país no hay oportunidad alguna para la enorme mayoría, sin importar la edad, el grado de escolaridad, los idiomas adicionales o la experiencia laboral –la población ha declarado que no hay futuro para nadie y, ante ese escenario, han optado por salir y rebelarse contra el régimen–.

Mubarak está aferrado y no se quiere ir, siendo sus pírricas ofertas, naturalmente falaces, dialogar con la oposición y no postularse como candidato para las próximas elecciones, en septiembre de 2011. Ah, y por supuesto, ha amenazado, digo, señalado que podría dejar a su hijo en el proceso de sucesión –su vástago es identificado por la población como un auténtico extraño, pues estudió en el extranjero, se casó en el extranjero y tuvo a sus hijos en el extranjero, por lo que evidentemente lo egipcio le tiene sin cuidado–.

¿Y qué hay del ejército en todo esto? Su papel hasta ahora ha sido ambiguo, pues si bien los soldados que fueron enviados a las calles a intimidar con su presencia a los civiles afirmaron categóricamente que no procederán contra de la multitud, tampoco ha habido pronunciamientos hacia el gobierno. Lo único que falta es que su titular tome partido y de una buena vez le diga a Mubarak ‘M’hijo, tienes hasta tal fecha para preparar tu salida hacia el exilio’ (jaja, imaginé la escena, muy formales los funcionarios, pero con lo de ‘mhijo’, jajaja).

¿Y Estados Unidos, cuál es su posicionamiento? Medio Oriente es un polvorín, una región que se sostiene con alfileres, en la que bastaría la caída de una pieza para que el efecto dominó haga lo suyo –por eso las potencias occidentales temen lo que pueda ocurrir ahora en Marruecos, Argelia y Jordania–. Es así como el Presidente Obama se ha pronunciado por una transición democrática a la brevedad – como quien dice ‘Ya lárgate, maestro’ (ese fue un caso como el de ‘mhijo’, jajaja).

Algunos medios dicen que el gobierno estadounidense ya envió una misión para negociar con Mubarak su salida del poder, pero eso no ahorraría del todo los ‘baños de sangre’ que podrían desbordarse con el ultimátum popular a este último para que hoy mismo dimita, pues los gringos pretenden que el Vicepresidente Suleimán, un recién nombrado, de la misma calaña del dictador, asuma temporalmente la administración del país.

Aun con sus diferencias religiosas, históricas y culturales, la situación me hace recordar los regímenes dictatoriales de América Latina en décadas pasadas, donde Estados Unidos permitió e incluso alentó la presencia de alimañas torturadoras, autoritarias y represoras como Pinochet, Somoza o Videla, por mencionar algunos, que hacían caso omiso del respeto a los derechos humanos y se dedicaban a violar sistemáticamente la ley, pero que funcionaban muy bien a los intereses de la potencia norteamericana.

Lo que resta es aplaudir las agallas del pueblo egipcio y tener confianza en que el dictador se irá pronto.